Cuando llamamos fascismo a cualquier cosa; cuando algo lo es todo, termina por no ser nada.
 
En Aguilar de Campoo podemos tener “Nobles Hidalgos”, vagos con ínfulas que viven de las rentas heredadas de sus abuelos; Obreros alienados que creen que una subvención a un sindicato es ilegítima pero a una empresa es algo lógico; funcionarios que se creen, y a los que creemos, privilegiados. También tenemos autónomos que se consideran empresarios porque el jefe les ha convencido; agricultores que se creen el libre mercado, mientras reivindican un precio justo para sus cosechas. Tenemos machistas que se denominan de izquierdas. Podemos tener todo esto, pero fascismo, por el momento, no.
 
No se puede catalogar a los estudiantes de 17 años entrando en el ayuntamiento de su pueblo como fascistas, al igual que tampoco podemos hacerlo con los representantes del gobierno que pretende limitar, a esos mismo jóvenes, el acceso a la educación, convirtiéndolo en un negocio.
 
Reprochar estas aptitudes es legítimo; hacerlo con argumentos y alternativas, es la única manera.
 
(En otro término de cosas, llamar fascista al tonto del pueblo no lo veo bien. Debemos apoyar a esta persona y brindarle todo nuestro apoyo ante la obvia enfermedad que padece.)
 
En los últimos años todas las sedes de partidos políticos y sindicatos en Aguilar de Campoo han sido “atacadas”. En la sede de IU es algo tan usual que ya ni le damos importancia, siendo pintadas con rotulador, basura, esputos o pintadas hasta graciosas y sencillas de limpiar.
 
En general diría que una pintada es una pintada, sea donde sea pero no. El pasado ataque sufrido por el PP en Aguilar ha sido producto de izquierdistas que dibujan símbolos comunistas sin tener la más mínima organización y sin dar la cara. Gente que ahora se creen súper revolucionaria, que terminara votando al PSOE. Individuos que ahora nos llaman revisionistas y que pasado mañana se irán de vacaciones a comprar una PS4 a NY, que el dólar esta barato. Gente que basa su militancia en la ropa que se pone, la música que escucha… individuos tan obtusos como la gente de derechas a las que se creen que combaten. Anarquía y cerveza fría.
 
Luego están las pintadas en nuestra sede. Quien tenga dos dedos de frente, aunque no conozca a ningún censado en IU, deduce con facilidad que a 2 meses de las elecciones es lógico que no hemos sido nosotros. Luego están los que nos conocen que saben de sobra que luchamos a diario porque estas cosas no ocurran, aunque como se ve con resultados más o menos insatisfactorios. Por último, están las personas limitadas que digamos lo que digamos nos atribuirán cualquier mal del mundo, moverán “radio macuto” por el pueblo con el único objetivo de generar odio y hacer mal. Ante esto nosotros poco podemos hacer, tenemos mucho trabajo sobre la mesa como para preocuparnos de toda esta gente insignificante, resentidos de la vida e iletrados izquierdistas cuyo adjetivo más recurrente es cobardía.
 
Se pude debatir con personas pero no con prejuicios.
 
Serguei Sanz

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