La privatización de la cultura 
  En los últimos años, aprovechando la situación de estafa económica que afrontamos, el poder intenta quitarnos nuestras fuentes de transmisión de la cultura, tanto a nivel estatal como local.
  A nivel estatal, la puesta en vigor de la nueva ley educativa sustituye asignaturas como la filosofía, que nos enseña a reflexionar sobre los problemas de la vida, por asignaturas como la religión, la cual  poco tiene que ver.
  A nivel local,  la concesión de la casa de jóvenes a cualquier agente privado que pueda seguir adelante con la actividad, genera que la formación y/o actividades que allí se hagan dependa de la ideología del propietario, lo que nos censura un espacio de formación libre y neutro.
  Por otra parte, las tasas e impedimentos que las instituciones locales imponen a la hora de utilizar los espacios públicos de nuestra comarca, frena la iniciativa de los grupos de carácter cultural local de realizar actos públicos.
  Todas estas medidas solo tratan de que nos convirtamos en una población ignorante y fácilmente manipulable.
¿De qué sirve la “riqueza” en los bolsillos, si hay pobreza en la cabeza?

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