La violencia de genero tiene cara
Veinticinco
de noviembre, día internacional contra la violencia de género, un año más
debemos salir a la calle para poner voz y cara a una lacra social que, como
todo, tiene sus causas.
El día 25 de noviembre es un
momento concreto para visibilizar la causa pero tenemos que ir más allá.
La
realidad en España es que mueren 50 mujeres de media al año desde hace ya mucho
tiempo. Únicamente contabilizándose las parejas o ex parejas sentimentales,
siendo la violencia de género mucho más.
La
violencia se puede ejercer de muchas formas y el sometimiento es una de ellas.
Actualmente vivimos en una sociedad cuyos roles de género nos afectan a todos pero
sobremanera a las mujeres. Tenemos que revertir este orden establecido si
realmente queremos terminar con la violencia de género.
Denunciar
la hipocresía del Partido Popular y la cúpula de la iglesia católica en este
país es una obligación para quienes creemos en la igualdad. Una igualdad real,
más allá del papel mojado en que se convierten muchas veces las leyes que
afectan a estos temas.
La
división productiva entre géneros es la primera división social que interesa al
capital en su único objetivo de extraer el máximo jugo del trabajo ajeno. Esta
estructura ha sido justificada o legitimada por una cultura religiosa que ha
llegado a redactar las leyes.
Pero
más allá de las leyes que han ido cambiando poco a poco y que debemos defender
cada día, existen roles sociales palpables. En las Universidades las carreras
asistenciales como sanidad, magisterio, etcétera están copadas por mujeres. Las
medidas de conciliación familiar y laboral se centran en el ámbito de la mujer.
La brecha entre hombres y mujeres en el deporte es inmensa, así como en las
cúpulas de decisión en todos los ámbitos, políticos y empresariales. Se enseña
a las mujeres a prevenir las violaciones en vez de perseguir a los hombres que
las cometen. Un sinfín de ejemplos que debemos denunciar y poner cara, la cara
de León de la Riva, Marilo Montero, Ana Botella, Toni Canto… la conferencia
episcopal.
Frases
como “Quien bien te quiere te hará sufrir” las hemos escuchado hasta hace muy
poco, considerar el matrimonio una institución sagrada que se debe mantener a
costa del sufrimiento de quien sea, institucionalizar un único tipo de
matrimonio, criminalizar el uso de anticonceptivos o, más recientemente, negar
el derecho a decidir sobre la maternidad, son las formas más explicitas de
mantener este sistema patriarcal que tanto interesa al capital por la simple
división de clase.
Por
todo ello salimos a la calle el 25N en Aguilar de Campoo para dejar claro que
la Revolución, la modificación de las relaciones productivas, será feminista o
no será.
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